Con la llegada del buen tiempo, el calor extremo puede convertirse en un enemigo silencioso para las personas mayores. Los mayores son especialmente vulnerables a los efectos de las altas temperaturas, ya que su organismo tiene una menor capacidad para regular el calor y muchas veces no perciben la deshidratación o el malestar a tiempo. Por eso, conocer los síntomas del golpe de calor en adultos mayores es fundamental para prevenir consecuencias graves e incluso mortales.
¿Por qué los mayores corren más riesgo ante un golpe de calor?
A medida que nos vamos haciendo mayores, el cuerpo pierde eficiencia en funciones vitales como la sudoración y la regulación térmica. Esto significa que, ante una ola de calor, una persona mayor puede no sudar lo suficiente como para enfriarse, y tampoco sentir sed con normalidad, lo que lleva fácilmente a la deshidratación.
Por otro lado, los medicamentos que suelen tomar los mayores, como diuréticos o antihipertensivos, pueden empeorarlo. Si sumamos enfermedades crónicas, movilidad reducida y la posibilidad de vivir solos, el riesgo se multiplica. El golpe de calor puede desarrollarse de forma repentina o avanzar lentamente durante horas, lo que hace esencial prestar atención a cualquier señal.
En Catite, cuidamos de cada residente con un plan de atención personalizado, adaptado a sus necesidades físicas y emocionales, y con especial atención en los periodos de calor.
Además, creemos que cuidar también es estimular, así que ofrecemos actividades pensadas para que los residentes se mantengan activos sin exponerse al calor. Puedes ver algunos ejemplos en este artículo sobre juegos para personas mayores en residencias.
Golpe de calor: síntomas en adultos mayores que debes conocer
El golpe de calor puede aparecer de forma rápida y sus síntomas suelen intensificarse en poco tiempo, por eso es fundamental saber identificarlos a tiempo. A continuación, te presentamos los principales signos que deben encender las alarmas:
- Temperatura corporal elevada (≥ 40 °C): Es uno de los síntomas más evidentes. La fiebre alta aparece sin causa aparente y puede ir acompañada de piel muy caliente y seca, especialmente si no hay sudor.
- Alteraciones mentales o del estado de conciencia: La persona puede presentar confusión, dificultad para hablar, somnolencia, desorientación o incluso pérdida del conocimiento. En los casos más graves, puede llegar al coma.
- Fatiga extrema y debilidad muscular: las personas mayores puede sentirse sin fuerzas para levantarse, caminar o incluso mantenerse sentado. Esta debilidad generalizada puede agravarse con el paso de las horas.
- Piel roja, caliente y seca: aunque al principio del golpe de calor puede haber sudoración, en etapas más avanzadas la piel se vuelve seca y caliente al tacto, señal de que el cuerpo ya no puede regular su temperatura.
- Pulso acelerado y respiración rápida: el corazón y los pulmones intentan compensar el exceso de calor, lo que genera un aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria.
- Sed intensa y sequedad en la boca: aunque muchas personas mayores no sienten sed con claridad, si este síntoma aparece, es señal de deshidratación avanzada.
¿Qué hacer si sospechas un golpe de calor?
Ante cualquier indicio, lo primero que se debe hacer es:
- Pedir ayuda médica urgente.
- Mover al afectado a un lugar fresco y ventilado. Es importante retirarle la ropa que le sobre para facilitar la pérdida de calor.
- Aplicar paños húmedos en zonas como el cuello, las axilas o las piernas, o incluso ducharlo con agua fría, ya que puede ayudar a enfriar el cuerpo.
- Si la persona está consciente, puede beber agua en pequeños sorbos, pero nunca se debe forzar a beber si está somnolienta o inconsciente.
La rapidez con la que se actúe en estos primeros minutos puede marcar la diferencia entre la recuperación y una complicación grave.
Cómo prevenir un golpe de calor en mayores
Prevenir un golpe de calor es mucho más fácil que enfrentarse a uno. Aquí tienes cuatro claves esenciales para proteger a los adultos mayores del calor extremo:
- Hidratación constante: asegúrate de que beban agua a lo largo del día, aunque no tengan sed. La deshidratación es uno de los factores más peligrosos.
- Evitar las horas de más calor: no deberían salir entre las 12:00 y las 18:00, ya que es el momento más crítico del día en los meses de verano como julio y agosto.
- Ambientes frescos y ventilados: mantén las estancias con buena ventilación, persianas bajadas y, si es posible, aire acondicionado o ventiladores.
- Ropa y alimentación adecuadas: opta por ropa ligera, de colores claros y tejidos transpirantes como el lino. Opta comidas frescas y fáciles de digerir, como frutas y ensaladas.
Puedes imprimir este cartel de protección ante el calor creada por el Ministerio de Sanidad.
Cuidar del calor es cuidar de su bienestar
El golpe de calor en adultos mayores es una urgencia que se puede evitar con atención, cariño y un entorno preparado. Conocer los síntomas del golpe de calor en adultos mayores y actuar a tiempo puede salvar vidas, pero lo más importante es prevenir, especialmente en los meses más calurosos del año.
En nuestra residencia, el bienestar de cada residente es nuestra prioridad. Contamos con profesionales atentos, espacios climatizados y una rutina adaptada para que nunca tengan que preocuparse por los efectos del calor.¿Quieres saber más sobre cómo cuidamos a nuestros mayores durante el verano? Contáctanos aquí y estaremos encantados de resolver tus dudas o agendar una visita.